jueves, 25 de octubre de 2012

Un largo tiempo

Yo podrìa decir, como muchos que han sido diagnosticados con el transtorno bipolar, que he estado sufriendo por èl mucho tiempo. Debo de decir que jamàs he sido hospitalizada y que mi enfermedad no ha sido tan severa para mandarme a la càrcel o impedir que no me gradùe (pero comprobè que es posible tener las màs altas calificaciones, que todo vaya bien y aùn asì querer morirse). Es una mezcla de un extraño autocontrol, infundido por mi madre en esfuerzos de alcanzar mi socializaciòn y normalidad, y el estrès de no poder cumplir con los deseos internos que nacen en mi cerebro, tocado por el desorden.

Actualmente, me encuentro en tratamiento con medicinas y con psicoterapia. Despuès de algunos meses, parece que todo va bien. Debo decir que tener un "piso" emocional se siente raro. Estoy acostumbrada a las dramàticas emociones, al sube y baja diario.

Tal vez muchas personas afectadas por este transtorno en realidad, no lo sienten. Es solamente cuando uno de los estados, màs frecuentemente el depresivo, estalla y nos hace perder totalmente la razòn. Y hasta a veces eso no es suficiente para motivarnos a buscar ayuda. En mi caso, mi peor episodio y en el que casi me voy de aquì, fue en el año 2009, cuando estaba en mi entrenamiento final de carrera universitaria. Bueno, aùn estoy aquì pero fue horrible. Tres años despuès, me estaba viendo a mì misma caer en la misma espiral, hacia el vortex oscuro al que siempre he temido. Fuera de la universidad, con trabajo y con proyectos de continuar mis estudios, publiquè mis experiencias y sentimientos en un foro para ver si habìan màs personas como yo. Y sì, lo habìan. Una de ellas me dijo ¨Si un amigo viniera y te contara eso...¿lo dejarìas asì?¨. Esa fue la frase final en la que me di cuenta de que siempre me iba a pasar lo mismo y que estaba en una profunda negaciòn de mi condiciòn.

Luego de una bùsqueda de psiquiatras en la ciudad, elegì a aquellos que podrìan entenderme, segùn yo.  Cuando vi a uno que me interesò, llamè e hice una cita. Ese momento fue una declaraciòn de una nueva etapa. Antes habìa tenido la remota idea de que estaba medio ¨rayada¨ (en episodios de hipomania) y las personas que me conocen describen mis acciones como ocurrentes, graciosas y sumamente inesperadas, asì como tambièn atributos negativos.

Desde los 7 años, comencè a llorar todas las noches. No era una niña muy social en la escuela, y ni siquiera con mi propia familia. De adolescente, tenìa un caracter variable y un poco explosivo. Era grosera, sin querer serlo. Era muy retraìda...tan retraìda que parecìa que tenìa mi propio mundo. En realidad, no pensaba que varias cosas no estaban bien conmigo misma. Esos eran remotos pensamientos que venìan en momentos de euforia. Ahora que recuerdo las veces que:

- Creìa que era un àngel o algo sobrenatural
- Creìa que un ser estaba a mi lado, dicièndome què hacer
- Creìa que estaba destinada a morir en poco tiempo
- Creìa que toda la gente en la calle me miraba o me espiaba y se reìa de mi
- Creìa que alguien me estaba persiguiendo para matarme
- Creìa que mi jefe me estaba observando y escuchando por micròfonos en el trabajo y en mi telèfono celular...

parecìan todas verdad. Esa es una lista que màs o menos contiene mis pensamientos psicòticos con los que estuve por temporadas, desde que tenìa 12 años hasta la actualidad (24 años).

Ha sido un largo tiempo. No sè si ha sido el tiempo adecuado o no, pero de lo que sì sè que estoy segura es de que estoy ahora en el camino correcto.



No hay comentarios:

Publicar un comentario